Vilaboa es un pequeño ayuntamiento, de apenas 38 km cuadrados, que tiene como singularidad el hecho de disponer de una amplia línea costera enmarcada por montes y miradores que va desde el fondo de la ría de Vigo hasta el Puente de Rande presentando una serie de elementos muy atractivos para la visita.
Hay que comenzar mencionando la Laguna de Castiñeiras, de origen artificial (1950), hecho que no le quita su encanto. La laguna es destacable por la riqueza de su flora y fauna y la riqueza truchera de los ríos que la alimentan. Cuenta con una Aula de la Naturaleza que organiza visitas de grupos. Cerca de la laguna se encuentra el Mirador de Cotorredondo, un lugar privilegiado desde el que admirar, conjuntamente, las ría de Arousa, Pontevedra, Vigo y la isla de San Simón.
De máximo interés resulta su patrimonio rupestre donde se pueden contemplar distintos dólmenes, como el conjunto megalítico de Chan de Castiñeiras donde se encuentra la Chan de Castiñeiras donde se encuentra la Mámoa del Rei de impresionantes dimensiones. Por lo que respecta a otros recursos de tipo arqueológico es necesario destacar la existencia de la varias estaciones de petroglifos en la parroquia de Cobres, entre los que destacan los de Chan dos los Areeiros.
De interés natural y de especial interés para la visita son las Salinas de Ulló, un lugar excelente para observar la fauna avícola del LIC (Lugar de Interés Cultural) de la Ensenada de San Simón. La zona está perfectamente señalizada y permite tanto el senderismo en la orilla del mar, como los recorridos ciclistas. Pero no es esta zona el único recursos para lo senderismo pues los amantes de caminar por lugares maravillosos, tienen en Vilaboa distintos senderos señalizados que bien merece la pena conocer como la Ruta de los Molinos de Riomaior, o la de los Petroglifos de Cobres.
Como herencia de otros tiempos, en Vilaboa se pueden detectar muchas curiosidades. En el estrecho de Rande, por ejemplo, encontramos en la Punta de Aradoiro, los restos de una fortaleza que lo protegía el fondo de la Ría con una cadena tendida entre las dos márgenes. Tanto esta cadena como la fortaleza fueron destruidos en la famosa batalla de Rande, en 1702, polos barcos anglo-holandeses que acosaba a los de la Flota de Indias cargados de oro y plata.
La arquitectura religiosa también está presente en este ayuntamiento, en el que encontramos la hermosa Iglesia de San Martiño, reformada en los años 1673 y 1859, según consta en la parte externa de los muros, y las iglesias parroquiales de Santa Cristina y San Adrián.