Una cruz encaramada a la cima de una montaña que vigila los valles y colinas, una puerta abierta con el más allá desde tiempos ancestrales, pueblos que parecen congelados en el tiempo y carreteras imposibles de montaña… Nos adentramos en Terras de Pontevedra a través de sus leyendas y tradiciones más llamativas, siguiendo los pasos de la agente Raquel Colina, protagonista del último thriller de Manel Loureiro “La Puerta”.
Los misterios del Monte Seixo
Cuenta Manel Loureiro que se encontró con “la puerta” de casualidad mientras seguía una ruta de montaña y que le pareció el lugar perfecto para situar un thriller. Ubicadas en el Monte de O Seixo, en el concello de A Lama, estas piedras ancestrales son todavía un punto de peregrinación en el que comunicarse con los muertos.
Llegar hasta allí no es sencillo: una pista creada para el mantenimiento de las torres eólicas que salpican la Serra do Cando hace las veces de carretera hasta este recóndito paraje. Por el camino, caballos salvajes y vacas que pastan libremente son nuestras únicas compañeras.
Una vez de camino, llegar hasta el Portalén no es difícil. Lo difícil es no quedarse asombrado por esta imponente formación rocosa y la presencia de ofrendas rituales que atestiguan que pese al paso del tiempo, las leyendas siguen vivas en el Portalén. La puerta al más allá es un caprichoso conjunto de piedras que cobra vida al cruzarla de norte a sur, en silencio, para escuchar aquello que los difuntos nos quieran contestar.
Algunos historiadores sitúan aquí un antiguo santuario celta. No es el único elemento mágico: a pocos metros de la puerta se encuentra otro grupo de rocas coronada por una cruz de piedra, la Cruz de O Seixo. Hay quien dice que aquí se encontraba un Ara Solis, quizás por eso los vecinos de Barcia do Seixo suben hasta aquí para celebrar a San Antonio, pero no en la onomástica del santo, sino durante el solsticio de verano.
En el lado opuesto, muy cerca de la carretera, el Marco do Vento se levanta a 6 metros de altura. Algunos historiadores han determinado que se trata de un menhir, posiblemente romano. Su nombre indicaría su uso como límite geográfico, línea divisoria entre los distintos territorios que rodean el Portalén y lugar donde confluyen todos los vientos: el abierto, el atravesado, el corrido, el de abajo, el naciente…
Pero los misterios del Seixo no acaban aquí: no muy lejos del Portalén se encuentra la capilla de Santa Mariña. Su procesión se celebra el 28 de Julio. Su leyenda nos habla de una historia de depravación y virtud, de unas lagunas mágicas que ahogaron la ciudad de Trentinán de la que dicen que sus campanas se pueden escuchar en ciertas noches, cuando baja la niebla. Puede que una noche de niebla cerrada no sea el día más recomendable para acercarse hasta aquí, pero sus vistas sobre la ría de Pontevedra y una espectacular puesta de sol son motivo más que suficiente para querer visitar a la santa.
Otro interesante mirador es el de las Tres Rías, en dirección a A Lama.
Pontevedra y sus calles
El contrapeso a la magia del Monte Seixo lo pone la ciudad de Pontevedra: sus calles peatonales llenas de vida, sus restaurantes y cafeterías clásicas, como el Café Central, y el nuevo gastro mercado ponen un punto más racional a la vida de la protagonista mientras disfruta de algunas de las recetas más clásicas de las Rías Baixas.
La novela de Manel Loureiro invita a conocer los rincones más típicos de la ciudad, pero también lugares menos frecuentados por los viajeros, como el Archivo Histórico Provincial de Pontevedra, situado en la conocida como Casa de los Fonseca. Este peculiar edificio construido en 1910 es el guardián de la historia y los documentos de la ciudad, con fondos que van desde el siglo XIV a la actualidad.
Viascón y los misteriosos petroglifos
Sede de una ficticia comandancia de la Guardia Civil, Viascón se antoja un ideal lugar para resolver un misterio. A medio camino entre la ciudad de Pontevedra y el alto del Seixo, este pequeño pueblo contiene una importante muestra de petroglifos, entre los que destacan el de Pedra do Lombo da Costa, Laxe do Cuco y Portela da Laxe.
Aunque sus formas no obedecen a la serpiente de la novela ni se encuentran en medio de un bosque, sus figuras concéntricas y zoomorfas hacen que nuestra imaginación vuele y nos veamos inmersos en algún ritual ancestral mientras la luz solar rasante hace bailar los surcos ante nuestros ojos.
Muy cerca de aquí se encuentran los petroglifos de Fentáns y el Parque Arqueológico da Arte Rupestre de Campo Lameiro y la Pedra da Serpe de Castro de Penalba. Además, Viascón es el hogar del Museo Casa da Gaita, uno de los lugares de referencia para la música tradicional gallega.
Los pueblos olvidados
Aunque para muchos Arufe suene a misterio, a aldea inventada en la montaña, se trata de un lugar real que fue abandonado hace tiempo. Sus casas, congeladas en el tiempo son una interesante muestra de la arquitectura tradicional de esta zona de canteros y labranza. Casas de piedra, hórreos, palomares y fuentes son tragados paulatinamente por los árboles de esta pequeña aldea perteneciente a la parroquia homónima del autor.
Se puede llegar al pueblo de Arufe a través de un camino que parte de la iglesia de Loureiro o también por la Senda del Foxo do Lobo de Cerdedo-Cotobade. Este sendero de 10,5 kilómetros y dificultad media inicia en A Chan (Carballedo) y acaba en el Foxo do Lobo (Corredoira). Es uno de los 10 senderos señalizados del ayuntamiento, entre los que también está el sendero A Vía Escondida que pasa por Viascón.
Y hablando de aldeas abandonadas, otra curiosa visita es la de la aldea de Vichocuntín, cuyos habitantes abandonaron ante la inminente construcción de una presa y que actualmente ha sido reconquistada por la naturaleza.
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