Las salinas reciben su nombre del bajo valle del Ulló, situado en la parroquía de Paredes. Su importancia no es solamente etnográfica sino tamen natural, pues constituyen un lugar de referencia para el paseo y la observación de la avifauna del LIC Enseada de San Simón
Los antecedentes de las Salinas de Ulló se remontan al reinado de Felipe IV en el siglo XVII sobre el año 1637. Vinculadas primero al monasterio de Poio, las salinas comenzaron a ser explotadas por los Jesuítas de Pontevedra en 1694 y consiguieron gran importancia en los siguientes años.
La explotación se mantuvo al lo largo de los tiempos, y a finales del siglo XIX, se construyo en este espacio uno de los pocos molinos de mareas existentes en Galicia, con un funcionamiento que se basaba en el aprovechamiento del movimiento de las corrientes del hondo de la ría para generar fuerza hidráulica. Hoy en día solo queda del molino los muros de las compuertas y los restos de las antiguas casas que pertenecían a las personas que llevaban a cabo este trabajo.
Las salinas son también el punto de inicio de distintos sendero homologado, como el PRG-106 Sendeiro de los Muiños de Vilaboa y Suelo del Vilar, que asciende incluso el lago Castiñeiras, al largo del río Trasmil, mostrando unos 15 molinos, algunos restaurados y otros en estado ruinoso, pero que dan a la esta dificultosa subida un encanto especial, o otros de dificultad casi nula que nos llevan a lo largo de la costa hasta Larache y otras zonas de interés natural.
Las Salinas y la Marismas de Vilaboa forman parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Enseada de San Simón y debido al alto interés natural de las comunidades que conserva, participa en el proyecto europeo Red Natura 2000, red europea de lugares protegidos tiene como objetivo principal preservar la biodiversidad.
Medio natural
En esta área podemos distinguir 4 ecosistemas: el bosque de ribera, que acompaña a los cursos que desembocan en las marismas; la carriceira, donde se remansa el agua doce; la marisma, en las aguas salobres; y por último a ensenada, de aguas predominantes marinas.
Bosque de Ribeira: los pequeños rios chegan a este espacio acompañados de un denso bosque de ribera, donde el ave más llamativa es el Cardenal (pyrrhula pyrrhula).
Carrizales: El rascón común (Rallus aquaticus) anida en el medio de las densas masas de Carrizos (Phragmites australis) .
Marisma: Se dejan ver garzas, garcetas y hasta espátulas, aunque el ave mas frecuente es la Garza real (Ardea cinerea) permanece inmóvil entre las altas matas de Juncos Marinos (Juncus marinus) a la espera de algún pequeño vertebrado del que alimentarse.
Ensenada: La importante zona intermareal, cubierta en parte por la Zostera marina, tiene asociada a una alta productividad que permite en las migraciones invernales el asentamiento de un gran número de aves entre las que destaca el ánade silbón (Anas penélope), con cerca de 3.000 individuos.