Esta ruta de las Sendas del Lérez nos permitirá llegar desde la misma ciudad de Pontevedra hasta una pequeña presa sobre el río Lérez ubicada en la cercana parroquia de Bora, todo ello dentro de un recorrido que transcurre íntegramente dentro de un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC) en el año 2014. Hablamos de sendas, en plural, ya que se trata de un itinerario que se puede realizar desde cualquiera de las dos orillas del río, por la derecha, mucho más suave y humanizada (con posibilidades de acceso para personas con movilidad reducida en parte del mismo) o por la izquierda, más agreste y de mayor dificultad, sobre todo en determinados tramos.
Aparcaremos nuestro vehículo en la Avenida de Buenos Aires, y nos dirigiremos hasta la gran pasarela metálica que permite cruzar el río desde este lugar hacia la Isla de las Esculturas. Sin cruzar la misma comenzaremos a caminar en dirección a la Playa Fluvial del Lérez, un bonito y cómodo arenal en el que podremos disfrutar de un agradable baño a nuestro regreso a la ciudad de Pontevedra si la climatología acompaña.
Siguiendo por el paseo sin bajar a la playa, a unos 250 metros de la misma nos encontraremos con una pasarela de madera a nuestra izquierda que será la que nos introduzca dentro de la senda propiamente dicha.
A estas alturas las aguas del Lérez fluyen muy lentamente debido a la influencia de las mareas, son los conocidos como “salones del Lérez”, lugares en los que el cauce se ensancha y el caudal aumenta, una zona en la que abundan los robles y otros árboles típicos del bosque de ribera. En esta parte inicial de nuestro recorrido podremos observar los restos del edificio que albergaba uno de los manantiales de lo que fue un magnífico y afamado balneario a principios del pasado siglo, el Balneario de Villa Buenos Aires “Aguas del Lérez”.
Continuando con nuestra ruta, pronto alcanzaremos un par de pasarelas metálicas que permiten al caminante cambiar de orilla, dos lugares estupendos para ver el río desde otra perspectiva, tal que a vista de dron. La primera de ellas se encuentra prácticamente pegada a las ruínas del balneario, y la segunda unos 300 metros más adelante, justo después de pasar la cascada con una estructura construida para facilitar el remonte del río a los salmones que tienen a bien desovar en el curso alto del Lérez.
Prueba de la importancia biológica de este lugar es la presencia varias especies protegidas además del propio salmón, entre ellas podríamos citar a la lamprea, al mejillón de río, al sapillo pintojo, a la salamandra rabilarga y al lagarto verdinegro, una libélula, la Macromia splendens y varios mamíferos como el desmán ibérico o la nutria.
A medida que avanzamos y a lo largo de los siguientes 2000 metros de recorrido las aguas del Lérez se hacen cada vez más sonoras debido a la mayor abundancia de rápidos y a su menor calado. La ruta continúa siempre paralela a la orilla, bajo las ramas de los árboles propios del bosque de ribera y de los robles sin alejarse mucho del río, así hasta llegar por fin a la cascada de Bora que marca el final del recorrido. Una vez aquí podemos optar por regresar deshaciendo el camino andado o enlazar con la senda de la orilla opuesta y emprender el regreso por la misma. Si optamos por esta segunda opción siguiendo el camino de tierra llegaremos después de una pequeña cuesta a la carretera nacional N-541. Caminando con cuidado por el arcén a unos 200 metros cruzaremos un puente sobre el río Almofrei y seguidamente tomaremos el desvío que aparece a nuestra izquierda. Llegados a una gran rotonda abandonaremos la carretera nacional para dirigirnos de nuevo hacia el río por el arcén de la carretera comarcal PO-224. Con mucho cuidado y extremando las precauciones atravesaremos un estrecho puente que cruza el Lérez en este caso, y al llegar a la siguiente curva descenderemos caminando hacia el río a la altura del refugio de pesca que veremos a nuestra izquierda.
Nos encontramos de nuevo caminando por las orillas del Lérez. En este lado del río el camino es más estrecho y se hace del todo inaccesible para personas con movilidad reducida con varios tramos de pendiente acusada que exigen contar con una buena condición física para sortearlos sin dificultad.
Durante nuestro viaje de regreso por esta otra orilla del río, podremos observar pequeños lugares donde se producen acúmulos de arena aprovechados en los meses de verano por los bañistas más intrépidos para disfrutar del baño en el río lejos del mundanal ruido…
La senda llega a su fin por esta orilla justo enfrente de la playa fluvial, pero llegados a este punto nos aguarda una nueva sorpresa en forma de arte y naturaleza. Hablamos de la “Isla de las esculturas”, un lugar en el que en el año 1999 y con motivo del Año Santo compostelano, una docena de artistas de talla internacional dejaron su sello personal en forma de esculturas e intervenciones pétreas.
Tras este tiempo de recreo dedicado al arte contemporáneo nos dirigiremos de nuevo hasta la pasarela metálica que ya divisamos al fondo poniendo ahora si, el punto y final a esta ruta por las Terras de Pontevedra.
“Bonus track”
Si todavía dispones de energía y ganas de más, a escasos 1300 metros de la pasarela se encuentra el Espacio Natural de Interés Local de A Xunqueira de Alba, un entorno marismeño de unas 70 hectáreas con caminos acondicionados que goza de unos extraordinarios valores de biodiversidad, entre ellos, más de 170 especies de plantas y 133 de aves, 43 de mariposas diurnas, 14 de odonatos, 10 de anfibios, 7 de reptiles y 13 de mamíferos!
Para llegar allí tan solo has de seguir el paseo marítimo por el margen derecho del río en el sentido de la marcha, estas son sus coordenadas:
- UTM: 29 T 529023 4698326
- GEOGRÁFICAS: 42° 26′ 14″/ -8° 38′ 49″