Esta atractiva ciudad, posee un centro histórico-artístico realmente excepcional. Famosa por sus singulares plazas de nombres gremiales, repleta de edificios blasonados, en Pontevedra se dan cita los más diversos estilos arquitectónicos: románico, gótico, plateresco, barroco… Pero también lo culto y lo popular, lo laico y lo religioso, la vitalidad y la calma. Todo ello configura un espacio singular que llama la atención por lo amigable de sus calles llenas, no solo de monumentos, sino de gente que vive en una ciudad amable, bien conservada y modélicamente peatonal y sostenible.
Y es que en Pontevedra, ciudad hospitalaria, y cordial, todo está a un paso. Desde excelentes museos, como el Museo de Pontevedra, con una colección de joyas únicas en Europa, con madres de 4000 años de antigüedad, o la Isla de la Esculturas, pasando por monumentos de diferentes estilos artísticos, como la Basílica de Santa María, las góticas Ruinas de San Domingos, la Iglesia de la Peregrina, patrona de la provincia, San Francisco, e el barroco San Bartolomeu, hasta los numerosos pazos y edificaciones singulares que adornan plazas como la Plaza de la Leña, Teucro o Ferraria.
Además conviene no olvidar que, Pontevedra también es ciudad de ocio, buena gastronomía y fiesta. Lo demuestran los cientos de locales, desparramados por todas las plazas y jardines de la ciudad, con acogedoras terrazas donde poder degustar la rica gastronomía de la zona.
El centro histórico de Pontevedra, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1951, es uno de los mejores conservados de Galicia, junto con el de Santiago de Compostela, y testigo indiscutible del esplendor medieval de la ciudad, cuando Pontevedra aun estaba profundamente ligada al mar.
